No es fácil ingerir el yodo diario si no se vive cerca del mar. Sin embargo, el yodo es un potente antioxidante que interviene en diversas reacciones metabólicas, como la actividad tiroidea. Naturalmente presente en alimentos como las ostras, el alga wakame y el marisco, el yodo también puede consumirse en forma de complementos alimenticios para evitar cualquier carencia. Descubra la exigente selección que le ofrece la parafarmacia Humasana.
El yodo natural es un oligoelemento antioxidante que forma parte de los minerales esenciales para la salud humana. Desempeña un papel importante en la producción de hormonas tiroideas como la tiroxina y la triyodotironina, que regulan el metabolismo y la energía del organismo. Las hormonas tiroideas son producidas por la glándula tiroides, situada en la base del cuello. Cuando el organismo carece de yodo, la glándula se vuelve hipotiroidea, provocando fatiga, aumento de peso, depresión y otros problemas de salud. La glándula tiroides puede agrandarse, dando lugar a un bocio para intentar compensar la falta de hormonas.
El yodo también es necesario para la mineralización del organismo y, sobre todo, para el crecimiento y desarrollo normales del cerebro y el sistema nervioso. El consumo y la ingesta de yodo son esenciales, sobre todo para los niños pequeños y las mujeres embarazadas. Una carencia grave y prolongada de yodo puede provocar un retraso en el desarrollo mental y físico, que puede culminar en cretinismo, con consecuencias para toda la vida.
Por desgracia, el cuerpo humano no puede producir yodo. La absorción de yodo puede verse afectada por diversos factores, como el estado general de salud, la dieta, la edad y la medicación. Por ejemplo, algunas enfermedades, como la celiaquía, pueden afectar a la absorción de yodo. Del mismo modo, ciertos medicamentos, como los anticonvulsivos y los inhibidores de la absorción de grasas, pueden reducir la absorción de yodo.
Por tanto, el yodo debe obtenerse de los alimentos o de suplementos. Entre los alimentos ricos en yodo natural se encuentran las algas como el wakame o el kelp, el marisco como las ostras y los crustáceos, los huevos, los productos lácteos y la sal yodada como ciertas sales de mesa.
Las personas que siguen una dieta vegetariana son las más expuestas a la carencia de yodo y deben recurrir a los complementos alimenticios. En los complementos, en cápsulas o comprimidos, el yodo natural suele presentarse en forma de sal de yodo, yoduro potásico o yoduro sódico, derivados de la sal marina o del agua de mar.
Es importante tener en cuenta que un consumo excesivo de yodo puede provocar problemas de salud como hipertiroidismo y náuseas. Por eso es importante seguir las recomendaciones de consumo de yodo y no superar las dosis recomendadas.