A la fundadora de Jeste siempre le ha interesado el funcionamiento de la piel, entre otras cosas porque su madre es dermatóloga. La limpieza de la piel, en particular, tiene un fuerte valor simbólico para ella: está convencida de que ducharse y limpiarse la cara son como nuevos comienzos para el cuerpo y la mente. Tras hablar con numerosos especialistas de la piel, se dio cuenta de que las rutinas de limpieza a menudo están mal ejecutadas e incluso dañan la barrera cutánea, en particular nuestra microbiota. Así que decidió colaborar con dermatólogos, dentistas, farmacéuticos, coleccionistas y botánicos para desarrollar productos limpios, eficaces y responsables que cuiden la piel de forma suave y personalizada.